Pie inestable: Cómo afecta a la rodilla y tratamiento
19 Sep 2024Un pie inestable tiene un impacto significativo en las articulaciones del cuerpo, especialmente en la rodilla. La estabilidad del pie es fundamental para una buena alineación corporal y un movimiento adecuado. Cuando esta estabilidad se ve comprometida, las consecuencias no solo afectan al pie, sino también a otras partes del cuerpo, como las rodillas, caderas y la columna vertebral.
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¿Qué es el pie inestable?
Definimos al pie inestable como aquel que tiene una disminución en el apoyo y en la base de sustentación. Este, puede provocar una serie de lesiones en otras articulaciones como el tobillo, la rodilla, la cadera o la espalda por una serie de oscilaciones laterales. Esta patología relaciona la falta de apoyo de un pie con signos inflamatorios en las articulaciones mencionadas.
Esto puede deberse a alteraciones biomecánicas como el pie valgo (pie que se inclina hacia adentro), el pie cavo (arco demasiado elevado) o el pie varo (pie que se inclina hacia afuera). Provocan una distribución desigual del peso corporal alterando la mecánica del pie y generando compensaciones en otras articulaciones. Esto puede afectar a cualquier rango de edad, desde niños pequeños hasta personas mayores y hagamos deporte o no.
¿Cómo se produce?
Mapa de presiones pie estable
Un pie estable es aquel que tiene como base de sustentación 3 puntos de apoyo: el antepié, el borde lateral externo y el talón.
Mapa de presiones pie inestable
El pie inestable es aquel en el que en lugar de tener 3 puntos de apoyo tiene solamente 2, antepié y talón. Esto puede suceder debido al tipo de pie, pie cavo, pie valgo, la morfología del pie, actividad deportiva, el tipo de terreno por el que se camina, etc.
Para entenderlo más fácil haremos el símil entre un pie y un trípode fotográfico o un taburete de tres patas. Estos dos elementos presentan una estabilidad, por lo que todo lo que hay encima de ellos “no se cae”. Si les quitáramos una pata, dejarían de ser estables, presentarían una oscilación lateral de derecha a izquierda y posiblemente caerían al suelo. Pues bien, algo parecido sucede en el “pie inestable”.
¿Cómo afecta el pie inestable a la rodilla?
Normalmente, la rodilla es la articulación que más se ve afectada por el pie inestable. La rodilla es una articulación de las llamadas “bisagras”. Estas solo permiten movimientos de flexión-extensión por deslizamiento de la cabeza del fémur sobre la tibia y nunca permiten movimientos oscilatorios y rotacionales.
Detalle de rodilla
En sí misma la rodilla es inestable, ya que los cóndilos giran libremente sobre la tibia sin existir un engranaje que encaje los huesos que la componen. La capacidad de contención de la rodilla ante situaciones de estrés es aportada por estructuras vecinas como la cápsula articular, los ligamentos laterales, los ligamentos cruzados, inserciones tendinosas musculares, cartílagos y meniscos.
Un movimiento oscilatorio de cizallamiento provocado por el “pie inestable” y reflejado en la rodilla, puede llegar a producir una inflamación dolorosa de cualquiera de estas estructuras encargadas de mantener una posición estable de la articulación.
¿Qué problemas pueden surgir?
Un pie que no se encuentra en una posición adecuada obliga a la rodilla a trabajar de manera ineficiente, lo que puede generar desgaste en el cartílago, sobrecarga muscular y, a largo plazo, artrosis. Los problemas más comunes son:
- Inflamaciones articulares.
- Desgaste de menisco.
- Riesgo de sufrir algún esguince articular o ligamentoso.
- Tendinitis rotuliana, gemelar o isquiotibial.
- Derrame articular.
- Desgaste de cartílago.
- Contracturas musculares.
- Pata de ganso.
- Inflamación de la cintilla iliotibial.
Tratamiento del pie inestable
¿Cómo se trata el pie inestable? Para poder solucionar esta patología deberíamos mantener un calzado adecuado y óptimo para el paciente, idóneo para cada actividad diaria o deporte. Para ello, es importante fortalecer a nivel muscular y articular con diferentes ejercicios de tonificación y propiocepción.
Y, por supuesto, hacerse un estudio biomecánico de la pisada para valorar la necesidad de unas plantillas personalizadas. Puede que lleven una serie de cuñas estabilizadoras para disminuir al máximo esas oscilaciones. Son una de las soluciones más efectivas, ya que se adaptan a las características específicas de cada pie, ayudando a restablecer la alineación natural y mejorando la estabilidad.
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