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Los pies de los bebés: Guía completa para su cuidado



Aunque se pueda pensar lo contrario, los pies de los bebés no están completamente formados al nacer sino que se van desarrollando conforme crecen. Es decir, los pies de los bebés recién nacidos no son iguales que los de los adultos y, por lo tanto, requieren vigilancia y cuidados específicos para garantizar su correcto desarrollo.

 

En este artículo analizamos todo lo que tienes que saber sobre los pies de los bebés: cuidados, cosquillas, calzado adecuado, visitas al podólogo, etc., tras el nacimiento y sus primeros meses de vida.

 

Cómo son los pies de los bebés

 

Al nacer, los pies de los bebés suelen medir unos 75 mm aproximadamente, y en los primeros meses de vida son redondos debido a una gran capa de grasa que rodea la planta, que no deja ver ni la forma del pie ni el arco plantar.

 

Durante el crecimiento, los huesos del pie se van osificando poco a poco, cada uno a una edad diferente. Hay huesos como el calcáneo que tienen su núcleo de osificación en el nacimiento, sin embargo, otros como el astrágalo no terminan de osificar hasta los 10-11 en niñas y 12-13 en niños.

 

 

Pruebas tras el nacimiento y la prueba del talón

 

Pasadas 48 horas tras en nacimiento, a los bebés se les realiza la conocida “Prueba del Talón” (cuyo nombre clínico es Detección Precoz o Cribado Neonatal) que consiste en una punción en el talón para extraer unas gotas de sangre. El objetivo es detectar de forma precoz enfermedades hereditarias del metabolismo como hipotiroidismo congénito o fibrosis quística, entre otras.

 

Por desgracia, las enfermedades que se pueden detectar con esta prueba son incurables, pero encontrarlas a tiempo ayudará a elegir el tratamiento adecuado que podrá minimizar y aliviar sus síntomas.

 

Otra de las pruebas que se le van a realizar a los bebés es la valoración de los Reflejos de Babinsky, que se basa en los reflejos temporales de los recién nacidos al estimular la planta del pie el dedo gordo se moverá hacia arriba y los otros dedos se abren en abanico.

 

 

 

Bebes descalzos ¿sí o no?

 

Como saben todos los padres y madres, calzar a los bebés (y que el calzado les dure puesto varios minutos) es misión imposible. Siempre se lo están quitando e incluso se lo llevan a la boca. Esto es muy frecuente y natural, debido a que el pie es un importante receptor sensitivo. Los bebés se basan en estos gestos para conocer más el medio en el que comienzan a vivir y desarrollarse.

 

Aunque sabemos que la tentación de comprar el típico calzado de marca en miniatura para los bebés es inevitable, nuestros expertos en podología infantil no aconsejan llevar este tipo de calzado rígido o sujeto antes de que el bebé no comience la deambulación.

 

Es recomendable no calzar a los niños hasta que comiencen a andar, aproximadamente sobre los 12 meses de edad, salvo en invierno que son necesarios los patucos para evitar que tengan los pies fríos.

 

 

Es importante que, durante el desarrollo psicomotriz del niño, empiece primero a gatear antes que a caminar. Los beneficios del gateo son muy numerosos, tales como aprender a coordinar el eje de caderas y hombros, la sensibilidad de la mano (que en un futuro beneficiará el desarrollo de la escritura y la lectura) y el desarrollo neurológico relacionado con la lateralización, entre otros. Sin embargo, no es beneficioso utilizar andadores porque fuerza la posición de las caderas y la postura en la que el niño no se ha desarrollado paulatinamente para ir en bipedestación todavía.

 

Cuidados para los pies de los bebés

 

Como hemos comentado, hay varios aspectos del cuidado de los pies de los bebés que es necesario tener en cuenta. Presta mucha atención, especialmente si eres papá o mamá primeriza.

 

Cortar uñas de los pies de los bebés

 

A la hora de cortar las uñas hay que tener en cuenta que son más frágiles y quebradizas en los bebés, con tendencia a romperse y a estar más pegadas a la piel.

 

Nunca hay que apurar a la hora de cortar, es preferible dejarlas un poco más largas y cortarlas más a menudo o bien limarlas. Tampoco hay que seguir la línea redondeada del dedo (para evitar la uña incarnada en los bebés), ya que como mucho lo único que le puede pasar si dejamos alguna irregularidad es un pequeño arañazo.

 

Si se observa algún pico o una uña irregular se podría usar una lima especial para bebés, sin dañar ni hacer presión.

 

Si en algún momento observamos que alguno de los laterales se está poniendo ligeramente rojo e inflamado es mejor no tocar. Deberíamos de llevarlo al podólogo para revisar la uña, ya que previsiblemente se le está clavando.

 

 

Manchas en la piel

 

En algunos casos pueden salir manchitas rojizas en los pies y otras partes del cuerpo del bebé. Seguramente será una dermatitis atópica, ya que son frecuentes en niños, y para ello se utilizarán cremas regeneradoras.

 

Es fundamental que ante cualquier duda en la salud del bebé, sean los pies u otra parte del cuerpo, se visite al especialista para buscar el tratamiento adecuado.

 

 

Hidratación

 

A diferencia de lo que recomiendan los podólogos para los adultos, en los bebés NO hay que utilizar cremas específicas para los pies, sino que se usará la misma crema que el resto del cuerpo.

 

Las cremas específicas contienen urea que actúa como queratolítico y está pensado para los pies secos del adulto.

 

¿Es bueno hacer cosquillas en los pies de los bebés?

 

Uno de los gestos más bonitos y gratificantes del mundo es la risa de un bebé. En muchas ocasiones, por instinto o por costumbre, se intenta provocar estas sonrisas y carcajadas a través de caricias o cosquillas en los pies. Sin embargo, hay que tener cuidado. Las caricias y masajes suaves en los pies de los bebés pueden tener muchos beneficios y producir también esa risa tan deseada. Pero ten en cuenta que los bebés tienen pies extremadamente sensibles, por lo que las cosquillas demasiados intensas pueden producir incomodidad en lugar de diversión.

 

 

¿Por qué los bebés se chupan el pie?

 

¿Alguna vez te has preguntado por qué los más peques tienen esa costumbre de llevárselo todo a la boca, incluidos sus pies y manos? Este hábito en los bebés es fundamental para su desarrollo y aprendizaje con el entorno puesto que les permite explorar y conocer su propio cuerpo y aquello que les rodea. Además es un reflejo de succión que los calma y les ofrece seguridad.

 

 

¿A qué edad es recomendable ir al podólogo?

 

En términos generales se recomienda llevar a los más pequeños al podólogo, para revisar los pies y su biomecánica, a partir de los 4 años. A veces los padres llevan a los bebés y niños antes, ya que tienen dudas en cómo cortar las uñas o por qué se están clavando, así como dudas dérmicas.

 

Hay que entender que la biomecánica del niño va a ir evolucionando a medida que vaya creciendo, por eso es importante acudir al especialista para que pueda valorar si esa evolución está dentro de los parámetros de normalidad o hay que empezar a poner algún tipo de recomendación o tratamiento.

 

Es en la etapa infantil cuando podemos intentar corregir hábitos posturales y ciertos aspectos de la biomecánica.

 

 

Pide cita con nuestros especialistas en podología infantil en las clínicas y centros Podoactiva y descubre los protocolos específicos para el diagnóstico y patologías del pie y de la marcha en los niños.

 

La prevención es la clave.

 

CLÍNICA PODOACTIVA SAGASTA

– Alejandro Adrada

– Laura Marín

– Carlos Martín

– Sofía Laseo

– Almudena Sánchez

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