Metatarsalgia: qué es y cómo se origina

Uno de los problemas más habituales que podemos encontrar en nuestros pies es la metatarsalgia. Esta inflamación en la zona anterior plantar de los pies genera dolor y normalmente se acentúa al caminar o al correr.

Si no has oído hablar de ella, en este artículo te contamos todo lo que necesitas saber.

¿Qué es la metatarsalgia?

La metatarsalgia es el dolor o inflamación en la planta de los pies, cerca del inicio los dedos que se acentúa al caminar, al correr o al utilizar algunos tipos de zapatos (especialmente con el tacón).

El metatarso es la zona del pie sobre la que más peso apoyamos cuando corremos o caminamos. Es un punto propenso a sufrir diferentes lesiones y dolores que pueden influir en nuestra forma de pisar, especialmente cuando practicamos ejercicio.

La metatarsalgia mecánica por sobrecarga es un problema frecuente en el pie, siendo el metatarsiano del segundo dedo el más afectado, aunque pueden estar afectados más de uno a la vez en el mismo pie.

¿Cómo se origina?

En la parte anterior del pie hay cinco huesos largos llamados metatarsianos donde se unen las falanges para formar los dedos. Uno de estos huesos es más grueso que el resto, el que corresponde al dedo gordo que es donde aparecen los juanetes. Los metatarsianos son los responsables de soportar el peso del cuerpo para realizar el despegue del pie del suelo, recibiendo mucha presión durante la ejecución del paso.

Este aumento de presión constante y repetitiva en la zona metatarsal produce dolor e inflamación y una sensación punzante que empeora al caminar, ya sea descalzo, sobre una superficie dura o con calzado de poca suela.  Es habitual que en las zonas de máxima presión aparezcan durezas o callos.

En otras ocasiones, el exceso de presión produce un desplazamiento de la articulación generándose los llamados dedos en garra o dedos en martillo, aumentando así la presión en los metatarsianos.

Causas más comunes y síntomas de metatarsalgia

A parte del exceso de presión, otras causas habituales por las que se puede originar esta patología son el sobrepeso, la morfología del pie, las deformidades de los dedos, el juanete, fracturas, edad avanzada, el calzado inadecuado (exceso de tacón, poca suela, punta estrecha, etc.).

La sintomatología, junto con un examen físico, es suficiente para realizar un diagnóstico. No obstante, es posible que aparezcan síntomas similares a los originados por un Neuroma de Morton, artritis o en fracturas.

Clasificación de la metatarsalgia

Podemos distinguir tres tipos principales:

• Metatarsalgia primaria: Está causada por anormalidades o deformidades de los metatarsos intrínsecas de la anatomía de la persona. Estas anomalías producen la sobrecarga de la zona. Normalmente la deformidad consiste en un segundo metatarso demasiado largo. El pie cavo o el pie equino también pueden producir este tipo de metatarsalgia.
• Metatarsalgia secundaria: Surge debido a otras enfermedades o deformaciones, no necesariamente del pie, pero que sí afectan a la forma de pisar o a la alineación de las estructuras corporales. Fracturas en el pie, juanetes (Hallux Valgus) y algunas enfermedades musculares o neuronales pueden ser causa de metatarsalgia secundaria.
• Metatarsalgia iatrogénica: Aparece después de realizar algún procedimiento quirúrgico en el pie. Si tienen lugar alteraciones de la anatomía del pie o su función biomecánica pueden producir la sobrecarga de los metatarsianos y, a la larga, la metatarsalgia.

Esta clasificación es especialmente útil para que los especialistas puedan determinar el origen de la metatarsalgia y recomendar el mejor tratamiento.

¿Cómo se cura la metatarsalgia?

El tratamiento dependerá de la causa correspondiente. Generalmente, se aconseja el cambio a un calzado con características de tacón bajo y suela gruesa, bajar de peso o la utilización de plantillas personalizadas para la eliminación de los puntos de presión máxima realizando antes un estudio biomecánico de la pisada. También puede ser útil realizarse una quiropodia con la que eliminar las durezas y detectar futuras lesiones del pie.

A veces, es necesario recurrir a algún analgésico con el que aliviar el dolor de forma temporal mientras se realiza reposo. También se puede aplicar hielo en la zona dolorida para rebajar la inflamación. En último lugar, recurriremos a soluciones quirúrgicas.

En las clínicas Podoactiva podemos ayudarte a tratar la metatarsalgia de la forma más eficaz. Consulta a nuestros especialistas para que puedan realizar el mejor diagnóstico según la sintomatología presentada. Así, evitaremos confundirnos con patologías similares.